¡Bienvenido al blog Ch’abajel! Conoce más acerca de urbanización y ciclismo.
Ch’abajel tiene un compromiso con la paz y, siendo conscientes de ello, queremos lograrlo a través de diversas áreas.
Desde hace años, el uso de la bicicleta ha tomado relevancia no solo como medio de transporte ecológico, sino como una opción eficiente y sana para desplazarse en la ciudad.
Según la World Health Organization (WHO), las ciudades que promueven la bicicleta y la caminata pueden reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y cerebrovasculares, diabetes tipo 2, y algunas formas de cáncer.
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En países europeos como Dinamarca y Países Bajos, más del 25% de todos los viajes se realizan en bicicleta, gracias a su infraestructura y políticas de fomento. Este es solo un ejemplo de cómo el uso de bicicleta puede colaborar para mejores ciudades.
Sin embargo, no basta con tener la voluntad de montar una bicicleta, se necesita que las ciudades evolucionen y se adapten para fomentar su uso.
Por ello, en este blog exploraremos qué es necesario en términos de urbanización para impulsar una cultura del ciclismo y cuáles son los países ejemplares en movilidad.
¿Qué necesita una ciudad para fomentar el uso de la bicicleta?
Las vías exclusivas para ciclistas, conocidas como ciclovías, son esenciales. Deben ser seguras, bien señalizadas y conectar puntos estratégicos de la ciudad.
Además, se debe contar con estacionamientos para bicicletas. Al igual que los autos, las bicicletas necesitan un lugar donde ser estacionadas, especialmente en puntos neurálgicos como estaciones de transporte público, centros comerciales, oficinas, entre otros.
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Pero la difusión de los beneficios de esta práctica debe ser esencial. Por ello, es necesario crear programas de educación y concientización. Es necesario educar tanto a ciclistas como a conductores sobre la convivencia en las vías. Además, fomentar los beneficios del ciclismo puede incentivar a más personas a adoptarlo.
Algunas otras alternativas a considerar son:
- Sistemas de alquiler o sharing: Estos sistemas permiten que las personas accedan a una bicicleta sin necesidad de comprarla, ideal para turistas o quienes desean probar antes de adquirir una.
- Integración con otros medios de transporte: Las estaciones de tren, metro o autobús deberían estar equipadas con puntos de alquiler y estacionamiento de bicicletas, incentivando el uso combinado de transportes.
- Seguridad: Esto no solo se refiere a ciclovías bien construidas, sino también a una fuerza policial informada y preparada, y a una legislación que proteja al ciclista.
Ejemplos en movilidad
Países Bajos es conocido por sus ciudades bike-friendly como Ámsterdam y Utrecht. Cuenta con una extensa red de ciclovías, estacionamientos de varios niveles solo para bicicletas y un diseño urbano que prioriza a los ciclistas.
Otro de los lugares con gran cultura vial es Copenhague, pues es a menudo citada como la mejor ciudad para ciclistas. Con semáforos sincronizados para la velocidad de la bicicleta y puentes exclusivos para ciclistas, es un ejemplo a seguir.
En Latinoamérica, Bogotá es conocida por su evento “Ciclovía”, donde se cierran grandes avenidas para uso exclusivo de bicicletas y peatones cada domingo, promoviendo la cultura del ciclismo en un país en desarrollo.
¿Ciclismo para la pacificación?
Una encuesta realizada por el European Cyclists’ Federation indica que por cada kilómetro recorrido en bicicleta, la sociedad se beneficia con aproximadamente 0.16 euros debido a la mejora en la salud, reducción de emisiones y menor desgaste de las vías.
Además, andar en bicicleta y diseñar ciudades con vialidades seguras no solo beneficia a la salud y al medio ambiente, sino que también puede tener un impacto profundo en la creación de sociedades más pacíficas y cohesionadas.
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Puede ayudar a la reducción del estrés y la agresividad, pues está comprobado que el tráfico y los congestionamientos aumentan los niveles de estrés y agresividad en las personas.
Las bicicletas, al permitir un desplazamiento más fluido y menos propenso a atascos, pueden contribuir a reducir estas tensiones. Además, el ejercicio físico libera endorfinas, que son químicos naturales que promueven la sensación de bienestar.
Por otro lado, las vías destinadas a peatones y ciclistas permiten un contacto más directo entre las personas, promoviendo interacciones más humanas y espontáneas. Esto favorece la cohesión social y el sentido de pertenencia a una comunidad.
