Yucatán, uno de los estados más violentos
En México, un alarmante 70% de las mujeres mayores de 15 años ha experimentado algún tipo de violencia, según datos de la Encuesta Nacional de Dinámica de Relaciones de Pareja. Esta cifra no es solo un número, sino un reflejo de las desigualdades de género arraigadas en la sociedad. Yucatán, con un índice ligeramente superior al 71.4%, no es la excepción, revelando una realidad inquietante.
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La lucha contra la violencia de género es un desafío constante que requiere un esfuerzo colectivo y sostenido. Las iniciativas legislativas son fundamentales, pero deben ser parte de un enfoque más amplio que incluya la educación, la sensibilización y el cambio cultural. Solo entonces podremos esperar una disminución significativa en las alarmantes cifras de violencia contra las mujeres en México y en todo el mundo.
Alternativas legislativas
Recientemente, en el Congreso de Yucatán se propuso una iniciativa para reformar la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. La diputada Karla Franco Blanco, impulsora de esta iniciativa, pone el foco en fortalecer los refugios temporales para mujeres víctimas de violencia. Esta reforma busca dotar de mayores atribuciones a la Secretaría de las Mujeres y a las instancias municipales de la mujer, lo cual es un paso necesario y urgente.
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El informe de Incidencia Delictiva del Fuero Común de 2022 señala la violencia familiar como uno de los delitos más recurrentes contra las mujeres en Yucatán. Esta reforma legislativa pretende no solo salvar vidas sino también ofrecer servicios que permitan la plena integración de las víctimas a la sociedad, brindando asesoramiento y ayuda esencial.
¿Es suficiente?
Sin embargo, hay que cuestionarse si estas medidas son suficientes para abordar las raíces del problema. La violencia contra las mujeres es una manifestación de desigualdades estructurales y discriminación de género. Las iniciativas legislativas, aunque cruciales, deben ir acompañadas de cambios culturales y educativos que desafíen las normas y expectativas de género que perpetúan la violencia.
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La propuesta representa un paso adelante, pero es crucial que estas reformas se implementen efectivamente y se acompañen de una educación y concienciación continua sobre la igualdad de género. Solo así se podrán realizar cambios significativos en la vida de las mujeres yucatecas y, en un sentido más amplio, en toda la sociedad mexicana.
La realidad a atender se vuelve más compleja si se considera que según la Endireh 2021, la violencia psicológica es la más prevalente (51.6%), seguida por la violencia sexual (49.7%), física (34.7%) y económica/patrimonial (27.4%).
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El organismo señala que las mujeres experimentan violencia principalmente en el ámbito comunitario, seguido por la relación de pareja, escolar y laboral. Además, casi el 40% de las mujeres en México han experimentado violencia en su relación actual o última, con Yucatán siendo uno de los estados con mayor prevalencia.
